Lunar Letter / ¿Pagar el Precio?

¿Estás dispuesto a pagar el precio para conseguir lo que quieres?

IMG_2867.jpeg

A primera vista pareciera ser una pregunta sencilla, y parece obvio que la mayoría diríamos que sí, estamos dispuestos a pagar el precio, pero al profundizar un poco más en el asunto, comprobaremos que no todos estamos dispuestos a pagar ese precio, sobre todo si nos parece caro.

Veamos un ejemplo sencillo: Vamos al supermercado por pan, leche, huevos y mantequilla. Al llegar a la caja nos dirán cuanto debemos pagar por la compra. Dependiendo de nuestra situación económica y el hambre que tengamos, decidimos pagar el precio señalado o salir sin comprar nada. Si elegimos esta última opción, saldremos satisfecho de no pagar precios elevados, pero sin los productos que puedan saciarnos el hambre. Si por el contrario tenemos un buen flujo de caja y además los precios son razonables, saldremos con todo lo que queremos. Como punto intermedio, podemos llevarnos una o dos cosas, llegando hasta donde nos alcance el dinero.

IMG_3851.jpg

La vida es muy parecida y conseguir lo que queremos puede ser relativamente “sencillo” en teoría, pero difícil en la práctica. Pagar el precio requerido para el logro de un objetivo puede complicar el asunto. Para ser una súper estrella es necesario hacer sacrificios. Algunos dirían que pocos llegan a ser famosos sin pisarse uno que otro dedo en el camino, y no todos estamos dispuestos a pagar ese precio. Si hay que escoger entre asistir a una importante presentación que podría asegurarnos una promoción o a la actividad en el colegio de nuestro hijo, algunos escogerán la primera opción, y otras la segunda. Ambas opciones son válidas, todo tiene que ver con el precio que estamos dispuestos a pagar.

Del mismo modo, para obtener una buena educación hay que invertir tiempo, dinero y esfuerzo; pero normalmente a largo plazo nos reporta grandes dividendos . Prestar atención a los hijos, atendiendo sus necesidades y enseñándoles a ser miembros productivos de la sociedad es un trabajo que no tiene un pago monetario; pero sí puede dar una gran satisfacción al ver luego los resultados positivos. Obtener una mejor vivienda o un auto nuevo, requiere de disciplina, ahorro y perseverancia, pero vivir en un lugar bonito y tener un auto del año también tiene sus beneficios.

Muchas veces el costo que hay que pagar es emocional. Al escoger un camino, dejamos de tomar muchos más. Al decidir casarnos con alguien, dejamos a un lado a todos los demás. Al elegir un trabajo, dejamos afuera un montón de posibilidades. Al gastar nuestro dinero en una cosa, dejamos de comprar otra.

El precio más alto que se puede pagar es el de la vida. Algunas personas en Venezuela, donde vivo ya desde hace muchos años, han pagado el precio máximo, en busca de la libertad. Veremos durante las próximas semanas, meses y años si el precio pagado es de real utilidad o si fue un esfuerzo en vano.

IMG_0290.jpg

No hay una respuesta mágica en cuanto al precio justo que debemos pagar para lograr nuestros sueños. Algunos están dispuestos a pagar hasta con la vida para lograr sus objetivos; mientras que a otros les cuesta levantarse del sofá para cambiar el canal del televisor, si se echa a perder el control remoto.

Establecer un buen balance entre lo que queremos y lo que estamos dispuestos a pagar es como caminar en la cuerda floja. Una equivocación a un lado u otro puede significar una muerte segura. En vez de permitir que la vida nos lleve por su cauce aleatorio, podemos determinar la ruta que queremos tomar y el precio que estamos dispuestos a pagar. Luego con la mano firmemente en el timón de la vida, podemos pagar un precio justo, sin titubear, para llegar a donde más deseamos.

∞ Rob McBride ∞
LL IV 44