Un Triángulo de Confianza

Recientemente estuve hablando con uno de mis mejores amigos David Jones, sobre las relaciones humanas. Hemos sido amigos desde que tengo memoria y durante la mayor parte de nuestras vidas. Me explicó un concepto que tiene mucho sentido cuando se trata de prácticamente todas nuestras relaciones, ya sean personales o profesionales.

Me dijo que las relaciones, tanto las buenas como las malas, se establecen principalmente en tres elementos:

1) La Confianza
2) El Respeto
3) La Honestidad

Investigué un poco sobre el tema y encontré varios modelos similares con una terminología ligeramente diferente. Sin embargo, me gusta la forma en que mi amigo lo explicó con estos términos.

La confianza en una relación no es algo que viene fácilmente. Al contrario, es algo que se va construyendo con el tiempo, y se basa en gran medida en el respeto y la honestidad que le damos a los demás. Si respetamos a los demás y somos honestos con ellos, se fomenta la confianza en la relación. Si no respetamos a los demás y no somos honestos con ellos, generalmente no se genera confianza.

Podemos elegir respetar a los demás y ser honestos con ellos, pero si confiamos en ellos ciegamente, a menudo nos decepcionaremos. Piense por un momento en la mayoría de los estafadores. Suelen generar la confianza tejiendo una historia que nos lleva a creer que nos están diciendo la verdad. Si les damos nuestra confianza demasiado rápido, es probable que se vayan con nuestro dinero que nos ha costado tanto ganar o con alguna otra posesión.

Si después de conocer a alguien sentimos que nos respeta y es honesto con nosotros, tendemos a confiar en él. Aun así, todavía podemos meternos en un lío, ya que es posible que simplemente nos hayan estado engañando todo el tiempo para obtener lo que quieren. Sin embargo, llega un momento en una relación en el que debemos comenzar a confiar en el otro. Esto puede suceder rápidamente cuando tenemos una buena “corazonada” acerca de alguien, o puede durar años antes de que realmente confiemos en ellos.

Respetar a los demás en términos de sus pensamientos e ideas suele ser una cuestión de cortesía común. Todos somos diferentes y venimos de un conjunto de circunstancias distintas. Nadie es “mejor” o “peor” que otro, simplemente somos diferentes. Por definición, si hubiéramos crecido en las mismas condiciones y con las mismas oportunidades de otro, o sin ellas, lo más probable es que actuaríamos y pensaríamos como esa persona.

La honestidad suele relacionarse con la comunicación. Cuando les contamos a los demás el porqué hacemos lo que hacemos y nos sentimos como sentimos, poco a poco comenzamos a construir una relación que puede basarse en una base sólida de confianza en lugar de un débil conjunto de mentiras.

Si queremos construir mejores relaciones, podemos comenzar respetando a los demás y siendo honestos con ellos en cuanto a nuestros deseos e intenciones, en lugar de no respetarlos y mentir solo para obtener lo que queremos. Esto no garantiza que la persona confiará en nosotros o que establezcamos un vínculo fuerte, pero es un buen comienzo.

∞ Rob McBride ∞
26 de junio de 2021
LL V 13